Dr. juan naranjo
Cirugía Artroscópica
La artroscopia es un procedimiento donde el médico utiliza cámaras diminutas para ver, diagnosticar y corregir problemas en las articulaciones. Se hacen pequeñas incisiones a través de las cuales una cámara e instrumentos quirúrgicos pueden trabajar sin inconvenientes.
En la rodilla, la artroscopia sirve para corregir daños en los meniscos, fracturas, ruptura de ligamentos cruzados, anterior y posterior o una rótula fuera de sitio. El cirujano hace incisiones en la rodilla e introduce una solución salina que permite su estiramiento. En uno de los cortes introduce un tubo estrecho con la cámara, la cual le permitirá ver todo lo que sucede a través de un monitor. Si se encuentra algo que esté fuera de su lugar, el cirujano emplea el instrumental para reparar la rodilla. La cirugía concluye con el drenaje de la solución salina y la sutura.
En la cadera, la intervención es mínimamente invasiva, ya que garantiza precisión en el diagnóstico. Permite, por ejemplo, descubrir y corregir la rotura del labrum, el pellizcamiento de cadera, la extracción de cuerpos libres de la articulación, así como una evaluación completa. El cirujano hace incisiones en la cadera e introduce un tubo estrecho con la cámara, que le permitirá ver todo lo que sucede a través de un monitor. Si encuentra algo que no debería estar ahí, el cirujano usará el instrumental para reparar la cadera y así, desaparecer el problema. En el caso de que no sea necesaria la intervención quirúrgica, el procedimiento sirve para encontrar un tratamiento adecuado para cada paciente. Es una técnica que minimiza las molestias post-operatorias, tanto en lo que se refiere al dolor como en el aspecto estético.
La artroscopia de hombro se inicia con el examen del hombro y del problema mediante la cámara que se introduce a través de las incisiones diminutas realizadas por el cirujano. Tanto el doctor como el paciente pueden ver lo que sucede a través de un monitor. Una vez que la revisión está completa, el cirujano procederá a reparar el tejido dañado, utilizando instrumentos que podrá introducir por medio de otras pequeñas incisiones. Al final, las incisiones se suturan. Con este procedimiento, el cirujano puede reparar una lesión del manguito rotador e, incluso, estabilizar la articulación y los huesos que la forman. La ventaja de este tipo de cirugía es que es mínimamente invasiva y los tiempos de recuperación disminuyen considerablemente.